2) ¡Cuánto más sé, más me gusta!

Una vez insertada la tarjeta SIM había que comprobar que todo funcionaba bien: que la cobertura era buena (cosa que ya sabía porque es cobertura Orange y llega perfectamente al 99% del país), que funcionaban los datos, que podía llamar sin problema, navegar por internet... Todo perfecto, como si no hubiera cambiado nada salvo porque en realidad cambió todo.




El siguiente paso era descargar e instalar la aplicación para el teléfono. Había leído muy buenos comentarios sobre la APP de República Móvil y enseguida pude corroborarlo por mí mismo.

En un minuto ya tenía el control total sobre mi línea móvil en mi propio teléfono, control total de consumo para comprobar que los 150 minutos al mes me son más que suficientes, para verificar que con 3 GB de datos me sobran más de la mitad... y todo ello por 5€. ¡¡5€ al mes....!!

En este punto ya estaba totalmente seguro de que la decisión de cambiar a República Móvil había sido un grandísimo acierto, por lo tanto, el próximo paso a dar era solicitar la portabilidad para mi segunda línea móvil. Dicho y hecho, me aseguré de poner mi número de teléfono ya portado como padrino y en cuatro sencillos pasos se repetía el proceso. Correos electrónicos y SMS de confirmación y seguimiento de los pasos al detalle. A la mañana siguiente ya tenía la tarjeta SIM y dos días más tarde y tras 40 llamadas del operador saliente (40 contadas y no exagero) ya estaba 100% con República Móvil.


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